A partir de este 18 de octubre, la nueva normativa lumínica nacional transformará nuestra manera de iluminar las ciudades, que como resultado, protegerá nuestro ecosistema.
El cuidado y la protección del medio ambiente es cada vez más relevante. Por eso, en octubre del año pasado, mediante el Ministerio del Medio Ambiente, se estipuló el Decreto Supremo n°1, el cambio en la norma lumínica a nivel nacional, que busca proteger nuestros cielos astronómicos, la flora y fauna de nuestro país y el cuidado de la salud en los seres humanos.
¿Qué es y en qué afecta la contaminación lumínica?
La contaminación lumínica ocurre cuando se introduce luz artificial innecesaria en el entorno, perjudicando el brillo natural del cielo nocturno, espacios naturales, flora, fauna y salud humana. En el último siglo, el cielo nocturno se ha deteriorado debido al incremento descontrolado de la iluminación en áreas urbanas. La creencia equivocada de que “más luz es mejor” resulta en un desperdicio de energía y daña significativamente el medio ambiente y la salud.
Las principales fuentes de esta contaminación incluyen iluminación pública, anuncios luminosos y grandes complejos industriales. Este fenómeno genera efectos globales, creando halos de luz que borran la oscuridad del cielo, y efectos locales, como deslumbramiento e intrusión de luz en espacios privados.
En ese sentido, la medida promulgada es muy importante, ya que se espera fomentar el cuidado de nuestro ecosistema mediante la reducción de la iluminación en todas las regiones de nuestro país. Esto debido a que se consideró que el impacto lumínico está afectando la reproducción de especies, la salud humana y la visibilidad de los cielos para estudios astronómicos.
Esta norma comenzará a regir a partir del 18 de octubre del presente año, y coloca especial énfasis en la reducción del uso de luz blanca fría, la más contaminante, fomentando el uso de luz cálida con restricciones en la emisión de luz azul.
Además, la normativa afectará los letreros publicitarios y pantallas, que deberán apagarse a partir de la medianoche hasta las 7 AM, reduciendo así el impacto lumínico en la vida cotidiana de las personas.
En Destimat, nos comprometemos a guiar a nuestros clientes a través de esta transición, ofreciendo productos que cumplen con las nuevas exigencias, priorizando la eficiencia y sostenibilidad.